Sanidad del alma: ¿Es bíblica?

Hola amigos, es realmente un gusto compartir con ustedes

Hoy hablaremos de la sanidad del alma. ¿Es bíblica la sanidad del alma?

Primero, definamos esto. “La sanidad del alma es una doctrina que dice que los cristianos deben ser liberados de experiencias pasadas que interrumpen su desarrollo espiritual.”

Algunos intentan hacer creer a las personas que si no les va bien es por causa de pecados que han cometido desde su infancia hasta la actualidad e incluso aquellos que fueron cometidos cuando estaban dentro del vientre de su madre argumentando que estos pecados no han sido perdonados y que esta sanidad del alma los liberará totalmente.

Aquellos personas se sienten rechazadas, humilladas y con una sensación de injusticia, de traición, de abandono, y hasta de abusos de todo tipo, etcétera.

Mientras que la solución a estos malos sentimientos, sería pasar por un verdadero nuevo nacimiento.

El objetivo es generar encuentros entre una persona en dificultad y una persona en posesión de un título o diploma que no es reconocido por nadie, en el que se certificaría una cierta experiencia en el tratamiento de personas en dificultad.

En estas reuniones se habla acerca del bienestar, de la importancia del equilibrio psíquico y de la necesidad de tener una suerte de armonía espiritual; con el fin de posicionarse como personas más inteligentes y más espirituales que los demás; afirmando que estas personas atravesando por un periodo de dificultad serán liberadas de sus tormentos.

Pero esta liberación, por supuesto, nunca ocurre. Por el contrario, mientras más buscamos en los botes de basura del pasado, más descubrimos montones de explicaciones sin sentido, y terminamos confundidos, creyendo que estas cosas se convertirán en un freno para nuestro desarrollo espiritual.

Esta es una mentira que el enemigo siembra en nuestras almas.

Entonces, ¿esta doctrina es bíblica? Esta pregunta es muy importante. Bueno, los desafío a cada uno de ustedes a probarme que Jesús o los apóstoles practicaron esta doctrina.

Nunca se ve a Jesús indagando en el pasado de una persona ni a ningún apóstol del Nuevo Testamento después de él.

Esta doctrina comenzó alrededor de 1980 en medio de un despertar carismático donde cristianos que han estado en contacto con psicólogos y psiquiatras que se llamaban a sí mismos “cristianos” y que creían haber encontrado un nuevo potencial mercado abierto para ellos.

Querían utilizar sus “conocimientos” para aplicar sus técnicas en la vida de los cristianos en dificultad.

Pero lamentablemente, estos cristianos estaban enfermos debido a que no habían verdaderamente nacido de nuevo. No eran realmente cristianos; podríamos traducir esto diciendo que no eran todavía discípulos de Jesucristo”. Le recomiendo mi video que se titula: « ¿Qué es un cristiano? »

Veamos lo que nos dice la Palabra de Dios: En 2 Corintios 5:17: « De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas ».

Esta sanidad del alma también es utilizada por falsos pastores que ganan dinero a través de aquellas sesiones. Algunos incluso ofrecen suscripciones anuales para mantener la clientela durante más tiempo.

Pero recordemos lo que la Palabra de Dios nos dice a través del apóstol Pablo en 1 Corintios 2:5: « para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios ».

El apóstol Pablo no utilizó una estrategia basada en la oratoria manipuladora para convencer a sus oyentes. Se basó exclusivamente en la acción de Dios en los corazones a través de la obra del Espíritu Santo.

Esta corriente de « sanidad del alma » o de « autoayuda » está fundada en la entre comillas « sabiduría humana », inventada por psicólogos y psiquiatras de todo tipo.

La sana doctrina es el mensaje del Evangelio: es decir, la predicación de la cruz, que es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.

Además, el apóstol Pablo confirma en su primera carta a los corintios que este mensaje no se basa en la sabiduría humana.

En 1 Corintios 2:2, Pablo dice: « Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado ».

¡Este es el mensaje que libera al hombre del pecado y que lo convierte en una nueva criatura!

Este es el poder que la Iglesia ha perdido al escuchar las sirenas de estos llamados “sanadores de almas”. 

Esto debería avergonzarnos.

En Colosenses 1:12-14 vemos lo que sucede cuando un cristiano verdaderamente nace de nuevo: « con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados ».

¿Existía esta técnica antes?

Nací de nuevo en 1971, es decir hace 50 años; y les puedo decir que esas palabras ni siquiera existían. De hecho, fue este avivamiento carismático lo que les dio origen alrededor del año 1980.

La primera vez que hablé de esta sanidad del alma en la mesa con mi familia, mi hijo David, que apenas tenía 8 años, me hizo este comentario: – « Papá, ¿por qué estamos hablando de esta sanidad del alma? ¿Qué significa esto? »

Veamos lo que dice el Nuevo Testamento al respecto:

Cuando Juan el Bautista predicó del arrepentimiento, la Biblia nos cuenta que la gente venía a confesar sus pecados y a arrepentirse. ¿Crees que se turnaron para enumerar sus pecados frente a Juan el Bautista? No. Seguramente no. Se arrepintieron, reconocieron sus pecados con sinceridad en sus corazones y recibieron el perdón de Cristo. ¡Fue algo entre ellos y el Señor!

Cuando Jesús le habla a la mujer pecadora; aquella ex prostituta, no la enumeró una lista de pecados de toda su vida, pero él dice en Lucas 7:47-48: “Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama. Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados ».

Jesús insiste en el perdón y no en los detalles ni en la lista de sus muchos pecados. ¡Imagínese por dos segundos escuchar a alguien decirle lo que hizo mal con todos los detalles! ¡Es peligroso e insalubre!

Aquí encontramos la estrategia del diablo: escuchar en detalle la confesión de los pecadores y especialmente las circunstancias de sus pecados, para intentar hacerlos caer en el pecado haciéndoles sentir culpables y haciéndoles creer que Dios no los ama y que debemos alejarnos de Él.

El enemigo siempre intentará hacernos sentir culpables.

Por eso la Palabra de Dios nos dice en Romanos 8:1-2: Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.

De hecho, la ley del espíritu de vida en Jesucristo me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.”

La sanidad del alma es contraria a la Palabra de Dios. Esta técnica humana y carnal viene directamente del enemigo de nuestras almas.

Es a través de la gracia y de la misericordia de Dios que obtenemos el perdón. Lo que algunos predican hoy sobre este tema no tiene nada que ver con el Evangelio.

Estoy seguro de que estas personas están tratando el problema al revés nuevamente, como es costumbre en todas las falsas doctrinas. Donde utilizamos el razonamiento humano para resolver un problema de índole espiritual.

En lugar de cumplir el plan de Dios, presentamos el plan del diablo con orgullo. Qué vergüenza. Con demasiada frecuencia, los cristianos basan su fe en lo que consideran experiencias espirituales, en lugar de buscar en la Palabra de Dios.

Alguien me recordó este versículo de Santiago 5:15-16: « Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados. Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho. » Entendamos que la confesión de nuestros pecados debe hacerse siempre de manera integral ante hermanos de confianza y ante las autoridades de nuestra iglesia local », es decir, ante los ancianos (por ejemplo, cuando una persona está enferma). El Señor conoce los detalles de nuestras locuras, no es necesario explicarlas. No hay nada en el Nuevo Testamento, ningún ejemplo de un hombre que deba confesar sus pecados en detalle. Sin embargo, a la inversa, en el Antiguo Pacto, los hombres tenían que confesar sus pecados entrando en detalles, porque estaban bajo la ley de Moisés y eso era lo que se aplicaba.

En Romanos 10:9 podemos leer correctamente: “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.”

¿Qué estas confesando? ¡Que Jesucristo murió en tu lugar en la cruz, que resucitó de entre los muertos y pagó el precio por ti!

Él no necesita que confieses en detalle tus pecados, porque Él lo sabe todo y los conoce.

¡Lo que quiere oír es que crees en él y que quieres seguirle entregándole tu vida!

1 Juan 1:9 nos dice: « Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. »

¿Hay frutos de esta técnica de sanidad del alma?

Personalmente, nunca he visto resultados positivos, sino por el contrario; me he encontrado con efectos perversos que han llevado a muchos cristianos a hospitales psiquiátricos. Y he visto también a algunos de estos pseudo-sanadores, cayendo en los pecados de aquellas personas a quienes querían liberar.

Muchos pastores han salido al mundo, dejando la fe; y apoyados por sus clientes que estaban felices de contar sus pecados, muy a menudo en áreas carnales y malsanas. Esto se volvió una hecatombe en muchos lugares. Muchos de estos hombres cayeron por los pecados de los que vinieron a confesar.

Entonces, seamos claros: tienes a un lado los brazos de Dios, al Espíritu Santo que es el poder de Dios para convencer de pecado y juicio. Y por el otro, está la sabiduría de los hombres que quieren jugar a los médicos del alma y que no tienen más poder que el de destruir a aquellas personas de buena fe que necesitan una verdadera conversión para ser liberados instantáneamente de su pasado y volverse seres libres.

¿Por qué en ese momento había tanta locura por estas falsas enseñanzas?

Bueno, la renovación carismática atrajo a una gran cantidad de personas que buscaban “ministerios”. La palabra “ministerio” es incorrecta. Son personas que querían comprometerse a servir al Señor o simplemente que buscaban ser puestos en un ministerio público que les diera reconocimiento delante de la gente.

Con esto fueron publicados montones de libros sobre este tema, escritos apresuradamente por autoproclamados “psíquicos y especialistas en sanidad del alma », que mezclaban lo carnal y lo espiritual.

Esto ha provocado que mucha gente intente encontrar sus ministerios, y finalmente hallaron algo que parecía encajar a pesar de que el fundamento no era bíblico. Entraron allí y operaron en este tipo de ministerio que encontraron.

Este movimiento de sanidad del alma se produjo en un momento en que se estableció el evangelio fácil, el evangelio sin esfuerzo, todo por gracia con promesas de prosperidad financiera y salud física; así como el consuelo material, y  esto vino a sembrar problemas en los cristianos sinceros.

Esto abrió un bulevar para el evangelio de la prosperidad y un gran número de personas se unieron a estas iglesias.

El verdadero Evangelio, mientras tanto, se había vuelto “obsoleto” … la predicación de la Cruz fue completamente olvidada y por lo tanto la santificación, y el caminar en santidad también.

El verdadero fundamento fue olvidado y dejado de lado; me refiero a la muerte y resurrección de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

Y especialmente su mandato, en Mateo 16:24-25: « Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará ».

En otras palabras, si alguien quiere venir al Señor, debe renunciar a sí mismo, a todos sus planes, a toda su sabiduría, y a su inteligencia humana para hacer la obra de Dios, de lo contrario se descalifica a sí mismo y termina creándose problemas que intentará resolverlos con soluciones humanas agotando sus fuerzas y desanimándose rápidamente.

Por eso la Palabra de Dios es muy clara y nos da los pasos a seguir: Si estamos realmente dispuestos a entregarle nuestra vida, para tomar nuestra cruz y seguir al Señor, experimentaremos esta muerte en nosotros mismos, y creceremos espiritualmente; floreceremos y serviremos al Señor en libertad. Porque no debemos olvidar que el día del nuevo nacimiento, el Señor nos libró de nuestro pasado. ¡Aleluya!

Y cuando nos bautizamos, renunciamos a nuestra vida pasada. Estamos enterrando esta antigua manera de vivir y salimos del agua a una vida nueva.

Si esta es una decisión real, sincera, y profunda en el corazón de cada cristiano, no veo la razón por la que deberías volver al pasado nuevamente para intentar resolver tus problemas.

La verdadera pregunta es realmente acerca de este nuevo nacimiento. ¿Cuántos cristianos hay en nuestras iglesias que no han experimentado el nuevo nacimiento? Todavía no son realmente cristianos, pero están en la iglesia porque les gusta el ambiente, la alegría… están ahí para vivir una nueva experiencia, en un nuevo lugar, pero eso sin haber entregado su vida a Cristo. Y es por eso que no prosperan.

Pero si un cristiano verdaderamente nace de nuevo, antes era esclavo del pecado y cuando recibe a Jesús como su Salvador, si entrega su vida a Cristo y renuncia a su antigua manera de vivir, es automáticamente perdonado y pasa de la muerte a la vida.

¡Lo importante no es lo que dice sino lo que hace! Está en la epístola de Pablo a Romanos 2:29: « sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios ».

Sí, la verdadera circuncisión viene del corazón: no constituye una simple incisión en el cuerpo, sino una cirugía espiritual sobre nuestra vieja y mala naturaleza.

Por tanto, no hay razón para que no prospere y sirva al Señor en completa libertad, libre de su pasado.

Es fundamental obedecer al Señor Jesús como Él nos invita a hacerlo, tomando nuestra cruz y siguiéndole.

Tomar su cruz es dar su vida y permitir que el Señor haga una obra perfecta y profunda mientras le servimos y mientras avanzamos en esta nueva vida cristiana.

Otra cosa importante, si el cristiano sirve al Señor Jesús, si está trabajando, entonces desarrollará su llamado, el don que el Señor le ha reservado y podrá servirle con celo. ¡Entonces estoy seguro de que no necesitará hurgar en el bote de basura de su pasado! Será libre, servirá al Señor, por lo que no hay razón para pasar horas siendo interrogado por un asesor especial que entrará en su vida pasada para revivir muchas malas experiencias e incluso traumas.

Estoy convencido de que el cristiano que ha nacido de nuevo y que sirve al Señor con todo su corazón no se retrae. No vive en independencia, sino que sirve al Señor Jesús. Está trabajando duro y no tendrá ningún deseo de mirar hacia atrás en su pasado y escuchar la voz del enemigo, que con demasiada frecuencia lo ataca en el área de su mente.

Por eso servir al Señor, estar activo en la casa del Señor, participar en las actividades de la Iglesia con nuestras vidas en manos de Dios, permite estar preparado y resistir todos los ataques del enemigo al nivel del pensamiento. El cristiano nacido de nuevo, al servicio de Jesús, no será, por tanto, un juguete en manos del enemigo cuando trate de conducirlo en toda clase de direcciones.

La clave es estar siempre activo en el servicio del Señor y crecer en el conocimiento de Jesús.

Entonces, no hay razón para creer que debemos sentarnos con alguien para hacer una sesión de “sanidad del alma ». Entreguemos nuestras vidas al Señor, sirvámosle con todo nuestro corazón, seamos activos en la iglesia y así estaremos bien en el Señor. Ningún cristiano necesita pasar por una sesión de sanidad del alma.

Hermanos y hermanas para terminar, quiero orar con ustedes, especialmente por todos aquellos que han sido engañados y estafados por estos falsos ministerios, y que hoy están angustiados. Te animo a que ores al Señor conmigo, que regreses a Su Palabra y solo a Su Palabra.

Señor Jesús, extiende Tu mano sobre ellos, sana los corazones heridos, manipulados por los hombres. Solo en ti recibimos el perdón de nuestros pecados. Oro por aquellos que aún no han nacido de nuevo, que sus corazones sean conmovidos, que experimenten un verdadero arrepentimiento del que nunca nos arrepentiremos y que nos salva la vida. Convence a todos del pecado. Señor, muéstrales que regresen a tu cruz y se humillen ante ti, y que digan: – Señor, te doy mi vida y ya no quiero ser el mismo. Jesús, revélate a cada uno de ellos como su Salvador personal y para que puedan seguirte como su ÚNICO Señor y Salvador. ¡Oro en el nombre de Jesucristo! ¡AMÉN! Que el Señor te bendiga.

Ahora estamos llegando al final de este programa y volviendo a mi último video « Pide y recibirás: ¿Ah sí?» que se refería a una de las tantas falsas doctrinas; al final del video había hablado de nuestra conferencia online del 6 al 7 de mayo de 2021, que se titula: “Edificando a su pueblo y a su Iglesia”. Recibí muchas consultas en la página web dedicada a este evento. La dirección es: www.build-conference.com

La conferencia se traducirá a 13 idiomas, usted podrá escoger el suyo y tener acceso a los textos en español. No olvide registrarse. Es gratis.

Ahora veamos un video corto que presenta esta charla …

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