Hola, bienvenido a mi blog, un espacio donde encontrará artículos sobre una amplia variedad de temas, tanto para pastores como para el resto de la iglesia de Cristo. Le animo a compartirlos con sus amigos y conocidos.
Mi testimonio
Nacido en una familia tradicional, crecí practicando la religión cristiana, pero sin sentirme lleno verdaderamente de Dios.
Antes de conocer a Jesús, estudiaba en una escuela religiosa. Mi tío era sacerdote, y mi abuelo; cantante y sacristán.
Acompañé a este último muy a menudo en su servicio. Asistí a misas y hablé con los sacerdotes; pero nada me trajo paz y gozo.
Nací de nuevo a los 21 años. Fue la primera vez que escuché el verdadero Evangelio. En ese momento era comunista, fotógrafo de varios periódicos, entre ellos “La Cause du Peuple”; el diario de Jean-Paul Sartre.
Para aquel entonces, también terminaba mis estudios de enología en Champagne-Ardenne.
A pesar de todo lo que me rodeaba y de las actividades a través de las cuales buscaba encontrar una razón para vivir, estaba triste y deprimido.
Hasta que mi vida cambió por completo.
Un joven predicador
Un día, mientras estaba en Reims, un joven británico se me acercó.
Él había venido para hablar con los estudiantes franceses sobre Jesús. Inmediatamente le dije que no estaba de acuerdo con lo que hacía.
Me sorprendió que se animara a hablar de Jesús. Creía que ese tema era para niños y ancianos.
Pero al conversar con él, me di cuenta de que este joven había realizado estudios brillantes de filosofía en la Universidad de Oxford y que su conocimiento era más amplio que el mío. Y que a pesar de que sus estudios podrían haberle cambiado su manera de pensar, demostraba con firmeza que había descubierto a ese Jesús de quién hablaba con tanta pasión y alegría.
Después de nuestra charla, me invitó a participar de una reunión, cerca de París, en Rueil-Malmaison, una semana más tarde.
Me parecía imposible ir a París, debido a mis responsabilidades.
Sin embargo, unos días después decidí ir a escuchar a este predicador y hacer autostop hasta la capital de Francia.
El momento del cambio
Era el 15 de mayo de 1971 y escuché al pastor Alain Choiquier, quien aquel día compartió un mensaje en el que dijo que la revolución cambió todo excepto el corazón del hombre; pero que Jesús vino a cambiar ese corazón y a vencer el poder del pecado y a darnos una nueva vida”.
Al escuchar esto, sentí una fuerte convicción de pecado y especialmente del precio pagado por Jesucristo por mi perdón. Eso me llevó a arrepentirme y a aceptarlo como Señor y Salvador.
La reunión había comenzado a las tres de la tarde, y a las cuatro, mi vida estaba transformada.
Cuando compartí lo que había vivido con mis padres, me dijeron que eso “¡solo me duraría unos meses!”. Pero aún hoy, después de 49 años, tengo la misma paz y estoy lleno del gozo de Dios.
Actualmente
En la actualidad, soy uno de los tres pastores de las Iglesias Evangélicas Misioneras, ubicadas en Chaville, Nanterre y Rouen.
También comparto la Palabra de Dios en muchas otras iglesias de Francia y de otros lugares.
Estoy casado con Sonia desde hace más de 46 años y somos padres de tres hijos y abuelos de cuatro hermosos niños.
“Mi parroquia es el mundo”, dijo John Wesley.
Soy parte del equipo misionero de Church Team Ministries International (CTMI), desde hace más de 32 años.
Ésta es una organización que trabaja a nivel internacional en la plantación de iglesias para la predicación del Evangelio; donde trabajamos con el mismo corazón y en la misma visión para equipar y fortalecer líderes e iglesias en África y en otros lugares, a través del mensaje apostólico de la cruz.
También viajo a muchos países, pero especialmente de África, ¡y siempre es una alegría predicar el evangelio a quienes están perdidos en sus tradiciones religiosas, y verlos descubrir la libertad en Jesucristo!
365 Historias
A través de diferentes sitios, desarrollo contenidos cristianos para edificar a la iglesia de Cristo en distintos idiomas; tales como 365 Historias que pueden encontrarse en You Tube Facebook, Twitter, Instagram, Soundcloud, Pinterest, etcétera.
A través de los años y del trabajo realizado, he visto verdaderos cristianos llegando a Jesús y fortaleciéndose a través de Su muerte y resurrección en la cruz del calvario; y deseo continuar sirviéndole en esta tierra por el resto de mi vida, esperando estar con Él por la eternidad.
¡Gracias por su visita!
