Hola amigos, hoy voy a hablar sobre los ancianos. Después de haber tocado el tema de los ancianos en mi último vídeo de manera superficial, hoy abordaré las características de los ancianos.
En el libro de Hechos 14:23, está escrito: “y constituyeron ancianos en cada iglesia, habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído.
Al igual que con las sinagogas de la época, las comunidades cristianas nombraron ancianos en cada iglesia local. Vemos que aparece este término en plural, y así es en todas las ciudades. Cada iglesia está dirigida por un equipo de ancianos que deben manejar los problemas que se presentan en las diversas situaciones, en la vida de la asamblea.
Este grupo estaba compuesto exclusivamente por hombres. En el Nuevo Testamento, no nos encontramos en ninguna parte con una hermana en el puesto de un anciano. Dios es un Dios de orden y de autoridad, y es algo tan serio a sus ojos.
La iglesia no fue constituida al azar y no debemos hacerla de esa manera. Recordemos siempre que el orden establecido por Dios es el siguiente: Dios es la cabeza de Cristo; Cristo es la cabeza del hombre; el hombre es la cabeza de la mujer. Esto lo vemos en 1 Corintios 11:13. ¿Qué pueden hacer las hermanas? En algunas iglesias, desafortunadamente las hermanas están excluidas de todos los servicios, y en otras, son posicionadas en puestos como ancianos, pastores, miembros de una junta, etcétera. El equilibrio está entre los dos.
Para mí, está claro que pueden hacer cualquier cosa en la iglesia, ocupar cualquier cargo; excepto una cosa básica: tomar autoridad sobre el hombre. Es por eso que no pueden estar en los 5 ministerios de autoridad, pero están llamadas a servir a sus esposos, a sus hijos, a entregarse plenamente a sus roles de madres, esposas, y por supuesto a servir a la iglesia.
Una buena esposa constituye el 75% del ministerio de su esposo. Se les llama diaconisas. Comparten el Evangelio, animando a los hermanos y hermanas en la iglesia, exhortándolos, profetizando, haciéndose cargo de los servicios de la congregación; de las finanzas… la organización practica las obras humanitarias, la oración la casa; las reuniones del vecindario, etcétera.
Nos recordemos a aquella hermana de Proverbios 31:10-31. Si hoy existe la tentación de cambiar el orden bíblico, es por la moda actual y por las teorías de los hombres de este mundo. Por lo tanto, son los hombres los elegidos como ancianos. Estos ancianos no son necesariamente personas entradas en años, pero son hombres con ciertas características en las iglesias locales.
Deben haber varios ancianos. Hay una excepción para las pequeñas iglesias de entre 15 a 30 personas, donde a veces es difícil tener varios hombres como ancianos.
En este caso específico, debemos ponernos de acuerdo con alguna otra iglesia local o caminar juntos con otros ancianos; pero no debemos permanecer solos. Por supuesto, debemos asegurarnos de que esta otra iglesia camina también en el mismo espíritu del Evangelio que nosotros, pero ese es otro tema. Intentaré hablar de eso en un próximo vídeo, que llevará por título “trabajar en el mismoespíritu del Evangelio”. Lo que hay que recordar es que uno no debe tomar decisiones para la iglesia. Debemos tomar decisiones en equipo, y tenemos la responsabilidad de rendirnos cuentas los unos a los otros. Primeramente al señor, y luego a otros ancianos; y finalmente a los miembros de la comunidad cristiana.
Un punto importante no es el hecho de trabajar con varias iglesias o con varias asociaciones de pastores lo que nos va a proteger, porque con demasiada frecuencia cada uno gobierna su rebaño de acuerdo con sus planes y especialmente sin siquiera hablar con otros pastores, por temor a no ser aprobado.
Escúchenme con atención: es la dimensión espiritual de estar en el equipo pastoral la que es esencial para que todas las decisiones sean tomadas por el equipo y no por una sola persona.
Entonces: ¿por qué varios ancianos?
En primer lugar, por nuestra propia protección. Es muy importante que una sola persona no administre la iglesia, porque tendría por tendencia seguir sus planes y sus propios intereses. Cada anciano debe poder expresarse, dar su opinión, y encontrar un acuerdo para cualquier decisión.
En segundo lugar, también es para la protección de la iglesia. Un hombre no ve todo y puede descarrilarse muy rápidamente y poner a la iglesia en situaciones difíciles en lo espiritual, en lo contable, en las cuestiones legales, financieras, etcétera.
Veamos en el libro de Hechos 15:1, cómo lidiaron con una situación difícil en la iglesia del Nuevo Testamento. El problema se nos anuncia en Hechos 15:1.
Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: si no se circuncidan conforme al rito de Moisés, no pueden ser salvos. Es un problema que existe todavía hoy; el deseo de volver al judaísmo, a la ley; a los principios del Antiguo Testamento; y esta tentación fue fuerte, y probablemente pervirtió el verdadero Evangelio. Así que todavía en el libro de Hechos 15:2, Pablo y Bernabé tuvieron con ellos un debate y una fuerte discusión y los hermanos decidieron que Pablo y Bernabé y algunos de los suyos irían a Jerusalén a ver a los apóstoles y a los ancianos para tratar este asunto.
De esto rescato en primer lugar: los apóstoles, los ministerios de autoridad, los ancianos, toman el problema de frente y van a compartirlo en la iglesia de Jerusalén, donde están los 5 ministerios; y los ancianos luego en el resto del capítulo todos dan su opinión. Las discusiones van bien hasta los versículos 13 al 21. Pero en el versículo 21, llega el apóstol Santiago lleno de sabiduría y verdades, y explicará la situación muy claramente y dará la solución dada por el Espíritu Santo. Y él propone: estén de acuerdo y decidan escribir una carta que resuma la situación y dar consejos específicos. Decidieron enviar con esta carta hermanos considerados representantes de las diferentes iglesias.
Estos son los apóstoles Pablo y Bernabé; los profetas de Judas y Silas. Lo vemos en Hechos 15:32, quienes llevaron y leyeron esta carta a las iglesias de Asia de Silicio y de Antioquia.
En conclusión, en Hechos 15:31, después de haber leído, los hermanos se llenaron de ánimo por la conclusión que les fue aportada y el problema se resolvió limpia y rápidamente, de acuerdo a la Palabra de Dios.
Qué buen ejemplo y qué eficiencia cuando los 5 ministerios trabajan juntos en las iglesias. Los problemas se tratan y se convierten en aliento para el pueblo de Dios. No tiene nada que ver con los problemas que ocurren hoy en algunas iglesias, donde algunos pastores utilizando la tiranía solos quieren tomar las decisiones e imponer su voluntad a cualquier costo, incluso si eso genera problemas en las iglesias. Todos los días recibo duras experiencias de Europa, África, Estados Unidos, y de todo el mundo; de personas que cuentan historias sobre hombres llenos de orgullo que dirigen iglesias como si fuesen dictadores y que afectan la obra
de Dios. ¡Es terrible! Pero un día, tendrán que rendir cuentas ante Dios por su gestión; que no es una gestión de pastores, sino de mercenarios. Ésta es la razón por la cual el nombramiento de los ancianos debe tomarse muy en serio en oración, para conocer cuál es la voluntad del Espíritu Santo.
No nos dejemos engañar por las apariencias. Primero, debemos probar a los hombres para que sean evaluados antes de ser aprobados, y es mucho más simple y más seguro que primeramente sean diáconos en la iglesia local y que sean puestos a prueba. Aquí están las características básicas que los ancianos reales deben mostrar.
Le contaré sobre las calificaciones de los ancianos, siguiendo las recomendaciones de 1 Timoteo 3:1-7, Tito 1:5-9 y 1 Pedro 5:1-4.
De todo esto surge un cierto número de condiciones que deben cumplir aquellos que aspiran a la función de ancianos. Calificaciones espirituales, personales. Las situaciones familiares y sociales, prevalecen claramente sobre las calificaciones específicas de este ministerio. Pero también es necesario conocer las calificaciones espirituales. El anciano debe ser santo; es decir, debe buscar la santificación en su propia vida. Como podemos leer en Hebreos 12:14 o en 1 Timoteo 4:1-8, debemos estar unidos a la palabra sana, es decir ser personas estables en nuestra fe y en nuestra teología. No debe ser una persona que domine el rebaño, ni un nuevo converso.
Por otra parte, están las cualidades personales. El anciano debe ser sobrio, no adicto al vino; moderado, modesto, no apegado al amor al dinero, ni a ganancias deshonestas. Debe tener autocontrol, no ser violento, ni estar lleno de ira.
Tiene que ser una persona pacífica, y que sepa perdonar.
Pero también encontramos las cualidades familiares. El obispo debe estar casado con una sola mujer, lo que obviamente excluye la poligamia oficial o de manera secreta. Esta expresión fue encontrada en inscripciones con el significado del esposo fiel a su esposa. No se excluye que también presente la condición de no divorciarse y volverse a casar. Debe administrar bien su casa, ser hospitalario, y mantener a sus hijos bajo autoridad. Con respecto a los niños y la sumisión, me gustaría tratar este tema en un vídeo específico; porque esto necesita ser tratado de una manera profunda; incluso en las llamadas familias cristianas.
Hablemos ahora sobre las cualidades sociales. El anciano debe tener una buena reputación con las personas no cristianas, para que no esté expuesto al escándalo y no sea atrapado por el diablo. Es por eso que la primera condición que se le plantea al obispo es ser irreprochable, es decir, no se le debe encontrar mancha en la ley civil o en su moral; así como en los estándares actuales de comportamiento. Debe ser justo e imparcial.
En este punto, mencionaremos las características propias a este ministerio; el ministerio de los ancianos. El anciano debe poder enseñar. Exhortar de acuerdo con la sana doctrina y poder refutar las contradicciones. 1 Timoteo 5:17, dice: « los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar ». El llamado de un anciano es servir al pueblo de Dios con toda humildad. Veamos el rol que deben cumplir los ancianos con las ovejas.
1 Pedro 5:2-3, dice: “apacienten la grey de Dios que está entre ustedes, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a su cuidado, sino siendo ejemplos de la grey”.
Primero, debemos conocer cada una de sus ovejas y acompañarlas. Segundo, debemos visitarlas. Tercero, debemos protegerlas de las falsas doctrinas. Cuarto, debemos orar por ellas diariamente, por las pruebas que atraviesan; por su situación, por su salud. Quinto: debemos dar nuestra vida para servirles. Y aún hay otros puntos más.
En Hechos 20:28-30, encontramos: “por tanto, miren por ustedes y por todo el rebaño en el que el Espíritu Santo les ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre”. « ¿Está alguno enfermo entre ustedes? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, les serán perdonados ».
Ésta es la importancia y el papel del consejo de ancianos. Un pastor no puede construir sin estar sujeto a un equipo de ancianos. Lamentablemente, vemos en algunos casos que con demasiada frecuencia, algunos pastores buscan desarrollarse, ampliar su propio ministerio; en lugar de desarrollar la iglesia del señor.
La cabeza de la iglesia es Jesús; ésta es Su iglesia. No es la iglesia del pastor.
Veamos que entre los ancianos hay algunos que tienen uno de los cinco ministerios de autoridad. En Efesios 4:11, leemos: “y Él mismo constituyó a unos apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros”.
Estos cinco ministerios son: el apóstol, el profeta, el evangelista, el pastor, y el maestro. Hablaremos de ellos en detalle en nuestros próximos vídeos. Pero también hay algunos ancianos que no tienen el llamado o la unción para predicar o proclamar la palabra en la misma medida que aquellos que tienen uno de los cinco ministerios, pero representan la autoridad apostólica en las iglesias locales.
Bajo esta autoridad apostólica y en sujeción los unos con los otros, toman todas las decisiones necesarias para el buen funcionamiento de la iglesia local; aconsejan, están en oración, trabajan en la organización práctica de los servicios, en la planificación de los proyectos de trabajo, en la organización del resto de las actividades, como la misión; etcétera.
En conclusión: ¡atención! Podemos tener la estructura bíblica de la iglesia, y aún tener grandes problemas. Es imperativo que todos seamos fieles al llamado que hemos recibido del Señor; sea con los cinco ministerios, o sea con los ancianos; o cual sea que fuere. Todos debemos garantizar que seremos responsables ante el Señor por el rebaño que Dios nos ha confiado.
En segundo lugar, también debemos asegurar sobre un buen fundamento a la iglesia y sus siervos; seguir la buena doctrina, manifestar la fe, la vida del espíritu, caminar en santificación; crecer espiritualmente, y mostrar respeto los unos por los otros; por cada uno de los miembros de la iglesia.
En las próximas semanas, me gustaría abordar los siguientes temas: “el rol de los diáconos”, “el rol de cada uno de los cinco ministerios”; un tema algo especial: « educar a los hijos en sujeción y en el respeto de los padres y del Señor ». Otro tema que quiero tratar es el de “caminar en el mismo espíritu del Evangelio”.
Pero hay esperanza. Hay una iglesia que atraviesa diferentes momentos, pero el Señor está trabajando sin cesar para edificar su verdadera iglesia con hombres fieles, a quienes Dios ha formado; a quienes Jesús está poniendo en movimiento. Alabado sea el Señor. Mantengamos la esperanza y la fe. Recordemos que la verdad siempre es más fuerte que la imitación. La imitación siempre termina desmoronándose, pero la verdad permanece y el Señor edifica esta iglesia en verdad. ¡Gracias por seguirme! También gracias por poner “me gusta”, si disfruto de este video.
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¡Hasta pronto! ¡Qué el Señor le fortalezca, le establezca, y le revele su plan para su vida; el lugar que Dios ha preparado para cada uno en su iglesia! ¡Qué Dios le bendiga!
