¿Cómo elegir tu pareja?

Hola amigos, como padre y pastor, me gustaría hablarles de un tema que tengo en mi corazón: La familia cristiana.

Publicaré un video por mes sobre este tema. Hoy hablaremos de la elección del cónyuge. El segundo tema sera : El rol del esposo. El tercer tema : El rol de la esposa. El cuarto tema : los niños. 5to. tema : las finanzas en la pareja. Y luego continuaremos con otros temas más.

Como introducción, quiero decir que el matrimonio no es el objetivo principal de la vida cristiana. Hay muchos que están llamados a no casarse y a permanecer solteros. El apóstol Pablo aconseja el celibato, que es considerado por él como la forma más libre de servir al Señor.

Por ejemplo, en 1 Corintios 7:7, encontramos: “Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo; pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de un modo, y otro de otro”. 

También en 1 Corintios 7:38: “De manera que el que se da en casamiento hace bien, y el que no se da en casamiento hace mejor”.

Es cierto que una persona soltera tiene mas tiempo libre para dedicarse a la obra de Dios, para viajar, para servir a las iglesias locales, para llevar la Palabra a varios lugares, o para dar testimonio pleno del amor del Señor, sin tener que mirar a cada momento su reloj pensando en su cónyuge o en su familia que lo están esperando en la casa. 

No hay ninguna deshonra en estar soltero ; uno puede estar feliz ante los ojos de Dios y entregarse plenamente a su servicio.

Sabes que la felicidad no proviene del matrimonio, la felicidad proviene de nuestra relación con Dios, ya sea que estemos casados o solteros; y esto no debe olvidarse, porque muchos creen que la felicidad viene en el matrimonio. ¡No saben lo que están diciendo!

Pero volvamos a nuestro tema del día: ¿El cristiano y la elección del cónyuge? ¿Cómo sé que no me equivoco?

Antes de casarnos, es importante conocer nuestras motivaciones y la de nuestro futuro cónyuge. Elegir un cónyuge es una etapa extremadamente importante en nuestra vida, que definirá nuestro destino, ya sea una vida de paz y felicidad, o una vida de angustia y de sufrimiento.

Pero cuidado: “el amor es ciego, pero el matrimonio te ayuda a ver muy bien”. Es una broma que a menudo se convierte en realidad, aunque a veces es demasiado tarde.

El propósito de Dios es muy claro y está en la Palabra de Dios: es así queridos amigos, hay futuro y esperanza para toda persona que se acerca al Señor y esto trae tanta felicidad a quien acepta plenamente el plan de Dios para su vida. ¡Pero nada viene sin lucha y sin dificultad!

Dios nos dice en su Palabra en el libro de Jeremías 29:11: “porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”.

Es cierto que incluso hoy, las familias cristianas, como tantas otras, experimentan mucha oposición. Pero es hora de que los cristianos despierten, de que regresen a la Palabra de Dios, que comprendan sus respectivos roles y que tomen en serio sus responsabilidades al frente de sus hogares.

Así reinarán allí el amor, la paz y la unidad, como fue planeado por el Señor.

Hoy en día, la unidad familiar es cada vez más frágil, y vemos esto con el creciente número de separaciones y de divorcios, y hay que tener presente que las familias cristianas no se salvan de estos males.

Muchos matrimonios cristianos se desmoronan, dejando a menudo heridas profundas. Sin embargo, el divorcio no forma parte del plan de Dios. 

La triste realidad es que la Iglesia ha abierto la puerta al espíritu del mundo y ha aceptado muchos de estos males. Pero es hora de reaccionar, porque si tienes al Señor, tienes la solución al tomar tu cruz, al morir a ti mismo y al servir al Señor y ahí, tu relación conyugal se fortalecerá.

Estoy convencido de que si volvemos a su Palabra, Dios nos ayudará a comprender su voluntad en este ámbito. También estoy convencido de que el Señor Jesús quiere intervenir en nuestras vidas e iluminarnos para que, esposos y esposas, estemos unidos y sirvamos al Señor Jesús amándonos y respetándonos.

Las parejas cristianas están llamadas a convertirse en ejemplos, en modelos no solo para sus hijos, sino también para quienes los rodean.

Un hermano o hermana que se encuentra en el lugar que el Señor Jesús le ha preparado solo puede ser feliz. Hay que entender que el que intenta ocupar un lugar o ser reconocido en un lugar al que no estaba destinado es como aquel que camina con zapatos más pequeños que el tamaño de sus pies: estos zapatos lo terminan lastimando; les queman los pies y lo llevan por un camino de dolor innecesario no preparado por el Señor.

Pero es nuestra carne la que nos entrena para caminar y perseverar solamente por orgullo.

Ahora, con respecto al matrimonio en sí, les recuerdo la orden del Señor para las parejas en Génesis 1:28-29: “y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer”. 

El matrimonio es una gran aventura, para experimentar más la gracia de Dios y para darnos cuenta de nuestro estado carnal.

¿Quién, siendo recién casado, no ha aprendido mucho sobre sí mismo? ¿De sus actitudes, de su enfado, de su infantilismo, de sus caprichos, etc.

¿Quién mejor que la persona que está a nuestro lado puede notar nuestra condición real? Nos conoce mejor que nosotros mismos.

Recuerdo mis primeros meses de casado, cuando pensaba que estaba bien en todos los niveles, hasta el día en que mi esposa se enteró de que se había casado con un niño caprichoso y orgulloso.

Por eso los primeros años son tan difíciles. Pero perseveramos y sobre todo decidimos cambiar y humillarnos, y estuvimos dispuestos a identificarnos con el Señor Jesús, para compartir sus sufrimientos y para también morir a nosotros mismos y a nuestros deseos. La vida de nuestra pareja estuvo desde entonces fundada sobre una buena base.

“Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.”

Definamos algunos consejos básicos antes de comprometernos:

1er. criterio: no se apresure, tómese su tiempo.

2° criterio: casarse es dejar la vida de soltero para unirse de por vida con una nueva persona; es fusionarse con esta persona para convertirse en una sola carne, en una familia para la gloria de Dios (Génesis 2:24).

3° criterio: la meta de mi matrimonio debe estar definida y clara: Me caso para tener una ayuda idónea para cumplir el plan de Dios y servirle plenamente; por eso mi elección debe cumplir con los criterios bíblicos que nos son dados en la Palabra de Dios.

4° criterio: es un compromiso para toda la vida, durante los días buenos y los días malos.

5° criterio: es acoger a una nueva persona, diferente a mí, con quien debo vivir en armonía para la gloria del Señor. Si bien tenemos diferentes orígenes, pero Dios puede unirnos por su Espíritu.

 Entonces, ¿cómo me aseguro de que estoy haciendo la voluntad de Dios?

Primero, asegúrate de que la persona que te rodea realmente haya nacido de nuevo, que no sea solo “cristiana” de nombre o tradición; sino que tuvo un encuentro personal con el Señor Jesús y sobre todo que recibió el perdón de sus pecados y que ahora camina en una vida de pureza y de santificación.

Segundo: que su vida está basada en el verdadero Evangelio de la muerte y de la resurrección del Señor.

Aquí nuevamente, muchos nos dirán que él o que ella camina por este camino, pero depende de ti discernir la realidad de los verdaderos signos de una vida cristiana: la humildad, el quebrantamiento, el deseo de perdón por el más mínimo paso en falso, etc.

Tercero: que tenga la misma visión que tú, de poner al Señor en primer lugar en su vida y sobre todo querer servirle con todo su corazón.

Cuarto: ¡cuidado con las apariencias; no todo lo que brilla es oro!

Se comparte un pasado conocido y reconocido. Conozco a una hermana que el día de su boda se enteró por el registro civil de que su futuro esposo ya se había casado tres veces. Otros se han enterado de que ha estado en prisión al momento de firmar los papeles.

Por eso, infórmese sobre la otra persona; pregunte a sus amigos, a sus colegas y sabrá rápidamente con quién está tratando y luego podrá tomar una decisión consciente de la realidad.

Quinto: estar juntos en una visión de familia que corresponda a criterios bíblicos. Un hombre tiene su lugar como sacerdote y autoridad principal de su casa, y su esposa como ayudante y sostén de su esposo. Deben también desear juntos transmitir la fe a sus futuros hijos.

Sexto: tenga la aprobación de sus líderes espirituales que están ahí para velar por usted y velar por su crecimiento espiritual.

Séptimo: contar con la aprobación de sus respectivos padres.

Hay una gran pregunta que es al mismo tiempo es una gran trampa: ¿tienen que ser ambos cristianos?

Por mi parte, les diría que es fundamental y que no se debe imaginar otra alternativa.

En más de 50 años de ministerio, he visto a muchas personas que no siguen este consejo y que se casan; y que luego van al fracaso; pero también para los niños que quedan atrapados en un conflicto permanente entre sus padres.

Ya un matrimonio no es fácil, pero formar un equipo dispar es casi seguro que llevará al desastre. Y sobre todo, no me animaría a decir como he escuchado algunas veces, que estaría dispuesto a correr el riesgo de unirme con un inconverso y ya veremos.

Tal actitud conduce a una catástrofe y queremos que evites sus múltiples tormentos que te destruirán a ti y a tus hijos.

Les recuerdo este versículo de 2 Corintios 6:14: “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?”

Ahora me vas a hacer la pregunta: ¿qué hacer con las señales que he recibido?

Cuidado, somos grandes soñadores; siempre dispuestos a imaginar señales que confirmen nuestros deseos carnales. Recuerdo a un hermano sincero, en medio de un sueño, enamorado, declarando en oración: Señor, si esa chica pasa por la puerta de mi casa esta noche a esa hora. ¡Sabré que es a ella a quien elegiste para mí!

De hecho, todas las noches cuando salía del trabajo, ella pasaba por su casa a la misma hora. Entonces se casaron y todo terminó en fracaso. 

La belleza física es pasajera y hay que buscar la belleza del corazón que es lo único que perdura.

También verás a muchos amigos, hermanas, hermanos y otros más que te darán profecías con respecto al matrimonio, pero ignóralas.

El matrimonio es un tema vital y muy importante; por eso, asegúrese de que la persona con la que desea casarse cumpla con los criterios bíblicos básicos para usted.

Otra preguntas que me hacen a menudo tienen que ver con la sexualidad.

Este tema es realmente una forma de saber cuándo está comprometido, si su futuro cónyuge lo respeta y si sabe cómo comportarse. Si lo que dice con su boca va de acuerdo con sus acciones.

De lo contrario, huya de cualquier persona que te anime a entablar una relación sexual pre-matrimonial, bajo todo tipo de pretextos, como para probar su compatibilidad amorosa o para demostrar su amor.

Cuando inicias una relación sexual pre-matrimonial, caes en la trampa del pecado que te ocultará la verdad sobre el otro y sus intenciones. Y tus intenciones se volverán sólo carnales. Ten cuidado de no caer en esta trampa.

Quiero darte mi testimonio como papá. Soy padre de tres hijos y he visto a cada uno someterse o rebelarse contra el plan de amor del Señor. Y lo hice como un espectador, incapaz de intervenir humanamente, sino solo en la oración. He visto sus caminos apartarse del plan de Dios, pero también sus caminos iluminándose con el tiempo y gracias a nuestras oraciones.

La vida de mi hija Yohana ha sido un ejemplo para mí y estoy muy orgulloso de mi hija, que durante su juventud supo preservarse del mundo y protegerse para cumplir el plan de Dios con su vida. Su vida fue un ejemplo cuando era joven, su amor desbordante por el Señor era tan profundo. 

Mi hija se crió entre sus dos hermanos, tuvo que aprender a afirmarse y a defenderse entre sus dos hermanos; y se volvió un poco como un varoncito tratando de hacer todo tan bien como sus hermanos trepando árboles, andando en bicicleta, haciendo manualidades o imponiéndose frente a ellos.

Recuerdo a los 5 años después de ver una etapa del Tour de Francia por televisión, mientras estábamos de vacaciones en un pequeño pueblo de los Vosges, tomó su bicicleta para recorrer Francia. Y como ya no pudimos encontrarla, tuvimos que subir el coche e ir a buscarla en todas las direcciones posibles.

Después de una larga hora de búsqueda. Terminamos encontrándola cubierta de sudor subiendo una colina empinada, porque quería hacer “el tour de Francia”. Se sentía físicamente más débil que sus hermanos, y buscó su fuerza en la oración y en la lectura de la Palabra de Dios.

Ella leía fielmente su Biblia cada mañana con toda la familia para el culto familiar y luego individualmente. El matrimonio o los novios no eran de su incumbencia, tenía novios que eran amigos de sus hermanos, y en ese momento ella se vestía mas como un niño que como niña.

Mi esposa y yo confiamos en ella y estábamos listos para entregarla al plan de Dios y desde los 15 años cuando se fue a buscar a los hermanos y hermanas de nuestras iglesias del otro lado del mundo para servirles y para compartir el Evangelio con los jóvenes de su edad.

Su camino no fue fácil, tuvo que llegar a Londres, cambiar de aeropuerto tomando el tren, luego el autobús y de camino a Sudáfrica, luego tuvo que tomar un avión a Zimbabwe y llegar a Bulawayo.

Ella apenas estaba comenzando a hablar el inglés y nuevamente confiando en el Señor, encontró la ayuda que necesitaba y la seguridad de que él la guiaría con seguridad; y el Señor la ayudó.

A la edad de 21 años, mi hija estaba terminando sus estudios en ciencias de la computación en las Islas Mauricio. Luego, unos años después, nos dijo que el Señor le había mostrado a su futuro esposo: un tal Vicente, que no había mostrado ningún interés particular en ella, pero que era creyente.

Este joven que vivía en las Islas Mauricio y era amigo de nuestro hijo mayor, cuando vivimos como familia en esta isla en 1988, cuando Yohana y Vicente tenían solo 6 años.

En 2004, 17 años después, se volvieron a ver, pero Vicente era tímido y no se atrevía a hablar con ella sobre sus sentimientos. Un día, ella presentó en oración que iba a verificar si realmente era del Señor esta palabra que había recibido. 

Luego de hablar con pastores y con quienes eran los líderes de su grupo de oración que le dijeron que no era ella quien debía hablarle, sino que era él quien debería hacerle la propuesta… ella había sentido que aquello venía del Señor, entonces tomó coraje y arregló una cita con el joven, quien, avergonzado de no haber dado el primer paso, aceptó de inmediato su propuesta de matrimonio.

Entonces, se casaron en 2005 y tienen 3 hijos que a su vez aman y sirven al Señor Jesús.

Mi hija es un ejemplo para mí, aunque tampoco es perfecta, como tampoco nosotros lo somos. ¡Ella nunca amó ni besó a un chico que no fuera el que el Señor había preparado para ella!

Este es un ejemplo de la gracia de Dios, porque cuando una joven conoce al Señor Jesús y cuando pone su confianza en Él, su vida se convierte en una serie de acontecimientos felices que le traen paz, gozo y seguridad en el Señor.

Si les cuento esta historia personal, no es para hablar de mi propia familia,

por el contrario, es para animar a los jóvenes a que entreguen al Señor Jesús lo antes posible su vida y a que confíen en que Él les ha preparado un esposo o esposa y que se los dará a su debido tiempo.

Sobre todo, no trates de encontrarlo por ti mismo y ten cuidado con tus deseos carnales que con demasiada frecuencia arruinan el plan de Dios y siempre te dejarán insatisfecho. Confía en el Señor, ¡él podrá guiarte mejor que tú por tus propias fuerzas!

Mis hermanos y hermanas, me gustaría orar por ustedes, porque todos los días recibo llamadas telefónicas de hermanas y hermanos en dificultades, y un mayor número de hermanas como la de esta mañana, una hermana casada con un pastor, que acaba de enterarse que su esposo la ha engañado desde el inicio de su matrimonio; mientras que ahora tienen tres hijos y su esposo tiene muchos otros hijos en otros lugares, mientras predica todos los domingos en la iglesia evangélica de su ciudad.

Qué vergüenza y sobre todo pienso cuando este esposo pasara frente al Señor Jesús, donde se escuchara decir “No te conozco”, por haber sido un falso pastor toda su vida, llevando a otros a la perdición. ¡Es terrible!

Señor, oro por los jóvenes y por las jóvenes cristianas para que sepan elegir al cónyuge que les has preparado; y que primero sepan serte fieles a ti y así luego podrán serle fieles a su cónyuge.

Señor, tu palabra nos dice que la carne tiene deseos contrarios a los del Espíritu. Oro para que todos tomen la decisión correcta, y para que permanezcan en el Espíritu para servirte.

Nos encontramos en las próximas publicaciones, donde trataré sobre el rol del esposo, el rol de la esposa, los hijos, las finanzas y otros temas mas; y estoy seguro de que va a ser emocionante.

¡Hasta pronto!

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